De acuerdo con el artículo «Antecedentes para una definición formal del concepto “monocultivo forestal”» de los ingenieros forestales Edison García y Mauricio Aguilera del Instituto Forestal de Chile (INFOR), esta práctica puede definirse como: “Bosques artificiales compuestos por una sola especie arbórea, ya sea nativa o exótica, coetáneos, que acaparan la totalidad o la mayor parte del terreno cultivado en una región”.
A pesar de resultar contar con beneficios para los productores, los monocultivos de árboles tienen efectos negativos, como:
- Destrucción y contaminación del medio ambiente. Estas plantaciones causan deforestación, erosionan el suelo y reducen su fertilidad, además de agotar la diversidad autóctona. De igual forma, contaminan el agua y el suelo, debido al uso de agrotóxicos.
- Impacto social y económico. Las comunidades locales, especialmente las mujeres, sufren bajos salarios y condiciones laborales precarias, además de perder su capacidad de producir alimentos.
- Mayor riesgo ambiental. Las plantaciones incrementan el riesgo de incendios, plagas y enfermedades, debido a la alta producción de biomasa y su naturaleza invasiva.
- Despojo de tierras y violación de derechos humanos. Los monocultivos de árboles implican la invasión de territorios y el despojo de tierras a comunidades locales, campesinos e indígenas, lo que vulnera sus derechos.
En este sentido, Productos Abadi, consciente del papel que el sector privado tiene en el impulso de prácticas sostenibles en todas sus dimensiones, cuenta con un Sistema de Gestión Ambiental, avalado por la ISO 14001, que garantiza una interacción armoniosa con el entorno natural.