La Organización Panamericana de la Salud (OPS) recomienda la implementación de Buenas Prácticas Agropecuarias (BPA) y de Manufactura (BPM) como punto de partida para garantizar alimentos inocuos.
Estas prácticas sirven como base para implementar sistemas más avanzados, como el sistema de Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control (HACCP, por sus siglas en inglés). Este enfoque:
- Identifica peligros específicos a lo largo del proceso.
- Establece puntos críticos de control para evitar riesgos antes de que lleguen al consumidor.
- Promueve la prevención en lugar del análisis exclusivo del producto final.
- Se adapta a los cambios en tecnología, procesos y equipamiento.
La inocuidad no es un añadido: es una responsabilidad fundamental para proteger la salud pública y garantizar la sostenibilidad del sector alimentario.
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