Existen prestigiosas investigaciones científicas que han encontrado fórmulas eficaces para que no sintamos a todas horas un apetito voraz.
El Instituto Médico Europeo de la Obesidad asegura que las incertidumbres que genera el presente contexto social hacen que casi todos segreguemos menor cantidad de unos neurotransmisores (serotonina, dopamina y noradrenalina) cuya carencia nos genera ansiedad y un apetito incontrolable como forma de calmar el estrés.
Para evitar el hambre por ansiedad es recomendable:
- Masticar chicle. Un estudio realizado en el Reino Unido por el Wrigley Science Institute muestra que hacerlo a diario puede reducir unas 1.000 calorías de la dieta mensual. Sucede porque su dulzor aplaca la ansiedad por comer.
- Cacahuetes y nueces. Los cacahuetes crudos –toma un puñado al día– son de los alimentos más ricos en niacina. La carencia de esta vitamina B3 conlleva ansiedad e insomnio.
- No tomar bebidas antioxidantes. Café, té, bebidas gaseosas azucaradas… las tomas y te sientes activada. En cambio, tomar un vaso de leche la aplaca. Y el zumo de tomate natural calma el hambre a deshoras.
En Abadi Distribución de Alimentos se preocupan por ofrecer alimentos de calidad que contribuyen al bienestar de sus comensales.